El delincuente tiene 18 años. La dueña del vehículo lo encontró y llamó a la policía. 

El joven entró a la vivienda por la madrugada, e intentó llevarse un Fiat Duna, que se encontraba en el lugar. Se quedó allí hasta el amanecer, hasta que la dueña del auto salió de su casa y lo encontró.

El detenido ya se había podido llevar una rueda R-14, dos parlantes, una llave cruz y un gato hidráulico, pero luego, se quedó dormido.

Fue arrestado y su caso quedó a disposición de la fiscal Macarena Silva Vildoza.

Fue el martes a la noche en Paraguay al 700, Villa Sarmiento, partido bonaerense de Morón. Los detuvieron a los pocos minutos en Villa Tesei.

El episodio comenzó cuando dos agentes del Comando de Patrullas intervinieron en el robo de un auto a dos cuadras de la Plaza Alsina, alrededor de las 22.30. Tras perseguir a los asaltantes, lograron detener a uno de ellos pero el otro escapó.

Con el detenido esposado dentro del patrullero, los dos policías volvieron al lugar del asalto para hablar con los testigos y tratar de dar con el paradero del otro delincuente.

Pero los vecinos, declararon que “cuando los agentes bajaron del móvil, dejaron las llaves puestas”. Fue ahí cuando el cómplice que estaba prófugo se acercó a la camioneta y se robó el patrullero con compañero atrás.

Gracias al rastreo satelital del vehículo, lograron detenerlos en Villa Tesei.

A su vez, Asuntos Internos investigará la conducta de los policías para determinar si cometieron negligencia en su accionar.

El hombre, de 43 años, había acuchillado salvajemente a su amigo de 39, y fue descubierto por la policía en la casita de su mascota. Ocurrió en General Rodríguez. 

El hecho se produjo en una quinta, donde Soria y el agresor, llamado Néstor, de 43 años, comenzaron a discutir, mientras ambos se encontraban alcoholizados. Fue entonces cuando el asesino, atacó a Soria con un arma blanca.

La víctima logró salir de la casa y alcanzó a caminar 80 metros, pero cayó desvanecido y murió mientras era trasladado de urgencia al Hospital Vicente López y Planes.

Minutos después, la policía de la comisaría 1ª de General Rodríguez llegó al lugar y empezaron a registrar la vivienda, hasta que encontraron al agresor escondido en la cucha de un perro, instalada en la parte trasera del terreno.

El acusado por el doble crimen de madre e hija fue descubierto por usar mangas largas en un día caluroso. Intentaba ocultar un distintivo tatuaje, que ya se había difundido en fotos que recorrieron los medios, con una camisa de mangas largas, y por ese detalle lo identificó Gendarmería.

Los gendarmes manejaban el dato: el acusado Hugo “Ninja” Hidalgo estaba en la localidad misionera de Puerto Esperanza, cercana a El dorado. Con ese dato arrancó el operativo. Montaron una vigilancia encubierta en el lugar hasta que pasadas las 13 vieron salir del lugar a un hombre cubierto con una gorra negra y una camisa de mangas largas en un mediodía que ya superaba los 30 grados.

Ante estas sospechas, los gendarmes analizaron las fotos de Hidalgo publicadas en los medios y determinaron que este hombre de gorra y camisa tenía rasgos fisonómicos coincidentes. Enseguida consultaron con el fiscal Marcelo Romero para confirmar que la orden de captura estuviera vigente, y tras recibir una respuesta afirmativa, lo detuvieron.

Una vez detenido, los gendarmes vieron que debajo de la manga de la camisa ocultaba el tatuaje tribal en su brazo derecho que mostraban las fotos publicadas.

Una agente lo sedujo por Facebook y pactó un encuentro donde fue detenido. Era buscado desde septiembre de 2016.

El hombre, de 32 años, estaba sospechado de hacer un envío de 80 kilos de marihuana, decomisado por la Policía Federal en Rosario.

La captura se dio cuando esperaba en la terminal de colectivos de Puerto Esperanza, a 60 kilómetros de Puerto Iguazú, Misiones, por una mujer a la que creyó haber seducido.

Aun así, quien lo había contactado de manera encubierta había sido una oficial de la Policía Federal, quién organizó un encuentro para poder detenerlo por sorpresa.

Intervino el Departamento Triple Frontera de la fuerza, para resguardar tanto la integridad física del sospechoso como del personal de la fuerza que participó de la operación.