Pascual Mollo murió de un balazo en un intento de entradera encabezado por tres delincuentes. La familia denunció a médicos del SAME por haber desestimado la gravedad del paciente.

La víctima fue sorprendida cuando despedía a unos amigos que habían asistido al cumpleaños de su hija, en Rivera Indarte al 500. Los delincuentes lo amenazaron para poder ingresar a la vivienda, pero Mollo intentó evitarlo y fue baleado.

Según la versión de la familia, mientras los ladrones huían, llamaron al SAME. Al llegar la ambulancia, el herido fue asistido por un médico que “lo atiende por una lastimadura en el codo”, sin notar que presentaba una herida de bala en el tórax.
El yerno, Diego Di Meglio, dijo que el personal de salud consideró innecesario que hubiese sido convocado por un “código rojo”, que es de máxima emergencia y se retiró del lugar, por lo que llamaron a una ambulancia de la prepaga del hombre, que lo trasladó hasta el Sanatorio Santa Isabel, a pocas cuadras del lugar, donde poco después murió.
El titular del SAME, Alberto Crescenti, se limitó a advertir que “si hay un hecho controversial el juez va a pedir datos”.

La víctima estaba con su padre dentro del local cuando una mujer se hizo pasar por clienta y detrás suyo apareció un hombre armado. Le pegaron tres tiros. 

El hecho ocurrió en Mitre 3150, localidad bonaerense de Sarandí, a las 21.30 del pasado martes.

Cómo el movimiento en la zona todavía era intenso, la pareja de delincuentes llevó a padre e hijo hacia el fondo de la propiedad para robarles.

Marcelo, de 29 años, intentó defenderse y forcejeó con el ladrón que le disparó y lo mató al instante.

Por estas horas, la policía de la Comisaría 4ta. de Avellaneda busca a la pareja de motochorros, mientras los vecinos reclaman por mayor seguridad en la puerta del local, cerrado por duelo.

Un hombre fue internado por las quemaduras que sufrió luego de tirarse alcohol en el cuerpo y prenderse fuego delante de varios policías.

El lunes pasado, en la calle Tiscornia y 9 de Julio, en la ciudad de Bariloche, el sujeto, fuera de sí, roció con alcohol la casa de su expareja, amenazando con prenderla fuego.

La mujer logró escapar y llamó al 911. De inmediato, llegó un patrullero de la Comisaría Segunda para dialogar con el hombre y conseguir que saliera de la casa.

Aun así, al acercarse a la vereda, tomó una botella de alcohol, la roció sobre su cuerpo y prendió un encendedor delante de los policías, pero estos lograron apagar el fuego rápidamente.

Minutos más tarde fue trasladado al hospital en ambulancia, donde quedó internado en terapia intensiva.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº11 condenó a Facundo Salas a prisión perpetua por el crimen de Pablo Tonello.

En línea con lo solicitado por el fiscal Carlos Giménez Bauer, se lo acusó por los delitos de “homicidio calificado por haber cometido criminis causa y por robo con arma de fuego cuya aptitud no pudo tenerse por acreditada en forma reiterada” y por “el desprecio total a la vida”.

Además, rechazaron el pedido de la defensa de declarar la inconstitucionalidad de la prisión perpetua por una posible infracción a la ley por el consumo de marihuana dentro del penal, según estableció un informe médico que se le hizo al joven en el juicio.

“Estamos aliviados por la sentencia”, dijo Eduardo Tonello, el padre de la víctima al salir de la audiencia.

EL CASO: El 30 de junio de 2014, el agresor interceptó a Tonello para robarle la bicicleta, pero cómo este se resistió, Salas le disparó tres veces, provocandole la muerte. El 3 de noviembre pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 11 ordenó un peritaje psiquiátrico para determinar si comprendía la criminalidad de sus actos.