El 10 de diciembre de 2011, Carla Figueroa fue degollada por su pareja frente a su hijo de 3 años y su suegra en General Pico.
La joven había “perdonado” a su pareja, Marcelo Tomaselli, después de que la violara en abril de 2010.
Bajo la figura del “avenimiento” (extinción de la pena a un violador si su víctima acepta casarse con él), los jueces determinaron su liberación y volvió a convivir con Carla en la casa que compartían, pero este decidió asesinar a su esposa.
En 2012, Tomaselli fue condenado por la Justicia a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por el vínculo.