El fiscal de La Plata, Fernando Cartasegna, tiene a su cargo una causa por presunta corrupción policial y varias por trata de personas. Luego de las amenazas recibidas, apareció golpeado, amordazado, con las manos y pies atados, y con un cable al cuello, adentro de su oficina.
Cartasegna tiene en su poder el expediente que determinará si algunos jefes policiales de La Plata tenían conexión con los llamados “abogados caranchos”, a quienes derivarían sumarios por accidentes de tránsito a cambio de sumas de dinero. La vinculación había surgido de la causa que investigó el fiscal platense, Marcelo Martini, tras el hallazgo de sobres con plata proveniente del circuito ilegal en la jefatura de la Departamental de Seguridad de La Plata.
Además, un pesquisa precisó que en las escuchas telefónicas que surgieron en la causa a cargo de Martini, “varios de los policías imputados aparecían contactando a abogados conocidos por intervenir en accidentes de tránsito”.
Sobre el último ataque que recibió el fiscal platense, en el Palacio de Tribunales, el jefe de los fiscales detalló: “El quedo ahí, pudo hacer una comunicación telefónica aunque no podía hablar y por esa comunicación se acercaron y pudieron liberarlo”. Una vez que llegaron al despacho, descubriero que le habían dejado escrito con azúcar sobre su escritorio la palabra Nisman, el apellido del fallecido fiscal de la causa Amia.