Kumiko Kosaka, la monja japonesa detenida por encubrir abusos sexuales en el Instituto Próvolo para niños hipoacúsicos de Mendoza, negó los cargos en su contra y dijo que las declaraciones de los chicos “son fantasiosas”.
La declaración de la monja se extendió más de diez horas, ingresó minutos antes de las 10 y salió cerca de las 20.30, y allí aseguró que las acusaciones “son imposibles y aberrantes”, según contó el abogado querellante, Sergio Salinas. Además, destacó que si bien los psicólogos del cuerpo medico forense que intervienen en casos de delitos sexuales han determinado que los chicos dicen la verdad, “estamos ante una persona que esta ejerciendo su derecho a defensa” y que rechaza pruebas de forma “poco sustanciosa”.
Con Kosaka, son seis los detenidos por los abusos sexuales cometidos en el Instituto Antonio Próvolo, ya que también están en prisión los sacerdotes Horacio Corbacho; y el italiano Nicolás Corradi de 82, quien tenía acusaciones similares en Verona, Italia, en los años 80 y fue trasladado a Mendoza; el monaguillo Jorge Bordón ; el ex empleado del instituto, José Luis Ojeda, y el jardinero Armando Gómez, todos ya se negaron a declarar.
El fiscal subrogante Flavio D`amore la acusó de tres hechos concretos:
- Haberle puesto un pañal para detener el sangrado a una nena abusada por Corbacho.
- Haber mandado a una víctima a donde estaba Corbacho para que éste la abusara.
- Participar de corrupción de menores y ver pornografía junto a Jorge Bordón.
La monja había quedado detenida la semana pasada en la capital de Mendoza, imputada del delito de abuso sexual gravemente ultrajante.
