Ocurrió en Florida, Estados Unidos. El hombre de 71 años había sido encontrado muerto con un balazo en el pecho el pasado 25 de enero en un campo de gol. Todo indicaba que había sido asesinado y ahora los investigadores descubrieron que en verdad, fue un suicidio.

En la “escena del crimen” Alan Abrahamson estaba tendido boca arriba con su teléfono y billetera pero le faltaba plata y un reloj que solía usar. Los policías que examinaron el cuerpo notaron que su dedo índice estaba extendido y que el cuerpo no tenía señales de violencia. El dato más importante: no estaba el arma en el lugar.

La autopsia reveló que la bala de punta hueca había penetrado el corazón y los pulmones de Abrahamson, estaba en su pecho.  El caso fue calificado como un homicidio y las autoridades locales ofrecieron una recompensa de 3.000 dólares, para quien aporte datos del asesino.

¿Qué pasó realmente? Una semana después de la muerte, Linda, la viuda, ayudó a los investigadores a desbloquear su teléfono y descubrieron en su mail algo increíble: el hombre había comprado un globo meteorológico y  un tanque de helio, lo que ayudó a descifrar la imagen captada por la cámara de seguridad de su casa en la que se ve a Abrahamson con un extraño objeto en su mano.

Con dichos datos, las autoridades emitieron un informe en el que llegaron a la conclusión de que en verdad se había tratado de un suicidio:  “Amarró un arma a una cuerda, y lo ató al globo meteorológico, y una vez que se disparó, el globo meteorológico ascendió llevándose el arma de la escena“. Teoría formulada gracias a un episodio de la serie ‘CSI  (Criminal Scene Ivestigation) – Las Vegas’.

El obituario de Alan Abrahamson lo describía como un ambicioso golfista, una persona que disfrutaba viajar y tenía ganas de vivir. “Se despertaba cada mañana con una sonrisa y era querido por todos”.